jueves, 17 de febrero de 2011

Kandinsky – De lo espiritual en el arte.


Me he leído dos veces este libro, una aproximadamente en octubre y otra hace unos días (bueno después de los exámenes) .  Tengo que decir que lo he entendido mucho mejor la segunda vez, porque la primera no tenía ni idea ni de quien era Kandinsky, bueno había visto cuadros suyos pero nada de su filosofía etc.. Ahora, después del primer cuatrimestre se mucho más sobre él y he podido entender un poco mejor este libro, que realmente es un poco pesadito. Voy a intentar resumirlo en el menor espacio posible (dificil porque es pequeño pero denso).
Esta más o menos dividido en dos partes. En la primera parte hace una reflexión sobre las obras de arte, todas caducan porque son producto de su tiempo. Ya no se vive ni se piensa como los antiguos griegos, ni tenemos ningún vinculo espiritual con los primitivos, la vida todo evoluciona y con ella también el arte.
“Por eso la tendencia a lo primitivo, como hoy la vivimos, francamente tomada de prestado, será de breve duración” (pag 22)
Describe la evolución de la vida espiritual en el arte como un esquema con un gran triangulo dividido en secciones desiguales, la más pequeña y más aguda dirigida hacia arriba y cuanto más abajo, más anchas y grandes son las secciones del triangulo. En todas las secciones de este triangulo hay artistas. Los de las secciones de la parte más aguda de la pirámide son los que van en contra de las corrientes artísticas del momento y quieren que el arte tenga “alma” y no solo fines materiales y comerciales y tienen una visión diferente. Cuando no hay un representante de altura en la parte más alta de la pirámide, caemos en periodos de decadencia en el mundo espiritual del arte. La parte más baja de la pirámide y por lo tanto la más grande está constituida por los artistas del credo “materialista” , según Kandinsky son los “ateos” . El arte evoluciona y la pirámide se mueve lentamente hacia adelante y hacia arriba. Las secciones superiores atraen poco a poco a las inferiores.
En lo que podríamos llamar la segunda parte de su libro, nos habla del color, , que es puramente físico y psicológico, que nos anima o entristece, los objetos y los seres adquieren un sonido interior. Habla sobre la sinestesia (lo que ya hemos visto en clase varias veces, relacionar los colores con los alimentos o con los sonidos).
Compara la pintura figurativa con su pintura, de la que solo queda lo esencial “el objetivo artístico” , o sea las formas geométricas y el color.
La forma y su lenguaje, la relación existente entre color y forma nos lleva a observar los efectos que tiene la forma sobre el color. Hace una amplia descripción de los colores, los asocia con alimentos y con música, color por color, descripción de calor y frio del color y claridad y oscuridad.
La verdad es que resumir este libro es bastante complicado, creo que más o menos lo he conseguido y ahora voy a dejar algunas frases que me han llamado mucho la atención:
“La riqueza cromática del cuadro ha de atraer con gran fuerza al espectador y al mismo tiempo ha de reconocer su contenido profundo” (pensamiento de Kandinsky).
Lo que en líneas generales propone este libro es fomentar la capacidad de captar lo espiritual en las cosas materiales y también en las abstractas.

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